No me gusta ser soldado
me gusta ser capitán
que está visto y comprobado
que es más bonito mandar
que tener que ser mandado
Dices que ese niño es mío
siempre a mirarme se para
tú puedes darle mi apellido
para que tú recuerdes su cara
que tanto tú habías querido
La llamé y no vino
¿qué le pasaría?
si se enterara
si ella supiera lo que a mí me pasa
ciega vendría
Ando en tierra ajena
sin calor ni apego
de la memoria no me se quitaban
mis niños un momento
Qué buena Dios mío
qué buena es mi madre
que por qué tan sólo que tan solamente había en ella
la pena y los males
Se lo preguntan a un sabio
cuál de los dos perdió más
si el que comió de sus carnes
o el que publicó su mal
Compañero, si me muero
la casita de los locos
ha de ser tu paradero
Me senté sobre tu cama
lágrimas como garbanzos
me caían por la cara
Válgame Dios
qué duro eres
de corazón
Por mi puerta había pasado
por mi puertecita pasó
un gitanito canastero que vendía canastas
y a mi niña se llevó
¿Qué más quieres tú de mí?
si hasta el agua que yo bebo prima
te la tengo que pedir
No te asomes a la ventana
no me seas ventanera
que botita que gasta buen vino
no necesita solera
Pero que tápame por Dios
que tápame
tápame que tengo frío
Si a mí Dios me diera el mando
como se lo dio a la muerte
yo quitaría de en medio
a quien me estorbe el quererte
Por Dios primita
qué disparate
que yo te quiera
como de antes
Si la aurora no hubiera tenido
un niño tan bello
como fue Manuel
no alumbrara el sol
como alumbra
ni la estrella clara
del amanecer
Esta es la verdad
poned atención
veinticinco campanas tenía
ninguna tocaba
nada más que del reloj
¿De qué le sirve a tu madre
que ponga guardias ni centinelas?
si tú te vas a venir conmigo
quiera tu madre o no quiera
Alevanta por la mañana
todita cubierta llena de flores
anunciando las penas que a mí me han dadito
de tus amores María Dolores