Deja tú que pasen tres días
que se sosiegue tu gente
y tú te vengas a la vera mía
Tú vienes en busca mía
yo te lo noto en tu cara
quien no te quiere soy yo
siendo tú una buena gitana
quien no te quiere soy yo
tronquillo de tan malina rama
Tu querer y mi querer
es como el agua del río
que atrás no se puede volver
De mí tú no esperes el perdón
porque es que yo a ti no te volvía a mirarte a la cara
si no te quisiera tanto
tal vez yo te perdonara
¿Cómo quieres comparar
un charco con una fuente?
sale el sol y seca el charco
y la fuente prevalece
No hables mal de nadie
que tienes niñas mocitas
y estás pendiente del aire
Yo quería, yo quería
aquella niña tan guapa
que está en la carbonería
Para ti que nadie lo sabe
y están los ciegos vendiendo
papeletas por las calles
Si yo nunca a ti te di un motivo
si tampoco te he hecho daño
y nunca te di un motivo
para que lo hagas serrano
tan malamente conmigo
Un momento en la noche
que la muerte apetecía
cuando Dios no me la mandaba madre
es que no me la merecería
A rosas y a claveles y alhelíes
se te pone la cara chiquilla mía
cuando te ríes
A la del Carmen se lo había pedido
a la del Carmen se lo había yo rogado
que no me dieras tú a mí más tormentos
que yo bastante he pasado
Las lágrimas que yo he derramado
sentrañas mías tan sólo en pensar
lo mucho que yo a ti te camelo
y el mal paguillo que tú a mí me das
Y eso no se hace
con el mayor enemiguito del mundo
pasa un castigo tan grande
Y a (Utrera?) tú me llevaste
y allí me dejaste solillo
en medio de los olivares
Con fatigas te llamaba
y viendo prima que tú no venías
las fatiguitas a mí me ahogaban
Yo por ver a mi padre diera
un dedito de la mía manita
el que más faltita me hiciera
Al alto cielo subí
hice escritura con Dios
que el día que tú te mueras
me tengo que morir yo
Porque yo sin ti
es que yo no podría vivir
y el día que tú me faltes
se ha acabadito el mundo para mí
Chiquilla si vas al monte
cuida bien la portillera
porque hay unos ojillos verdes
que a ti te quitan las penas
Valientemente serrana
como cambiaste de parecer
de la noche a la mañana
Al pasar por tu casita un día
al acordarme donde tú vivías
que me acordaba yo de aquellos ratitos
que yo contigo tenía
Qué pena más grande
qué dolor y qué pena
estar viviendo sin estar en el mundo
la mía compañera
Por Dios decirle a mis niños de mis entrañas
que me escriban carta
que con saber que mis niños de mi alma están buenos
me sobra y me basta
Todo lo que yo tengo
tú lo pones en venta
la chaquetita de mi padre Bernardo
por Dios no la vendas
En aquel rinconcito
dejarme llorar
que me se ha muerto la madre de mis entrañas
no la veo más
Lástima de moza
Dios le dé su gloria
mientras yo viva madre en este mundo
te llevo en mi memoria
María estaba lavando
estaba lavando en la nieve fría
mientras María lavaba
las lágrimas se bebía
María de mis entrañas
María yo te querré
y a la hora de mi muerte
María mía yo te llamaré
Tengo vergüenza y me callo
tengo amor y no lo digo
yo no sé cómo te dijera
si tú te quieres casar conmigo
Me gusta vivir en Granada
porque me gustan a mí
las campanas de La Vela
cuando me voy a dormir
A la entrada de Granada
calle de los Herradores
hay una fuente famosa
con veinticinco faroles
Y en lo alto de aquella montaña
hay una bandera que allí puesta está
y el que quiera sentar plaza en ella
Jesús Nazareno va de capitán
Ay qué calle tan oscura
ay qué oscuridad de calle
ay qué chiquilla tan guapa
si a mí me la diera su madre
Que viene Pepe
con el carbón
carbón de caña
lo vendo yo
¿Quién será aquel soldadito
que en la esquina estaba parado
con las botitas de montar
y el pantalón colorado?
Ay mamá que me gusta a mí el son
de ese militar
con el paso de marcial que llevaba
con el ran tatatrán tran tran
Porque ni tú ni yo
estamos en disposición de encontrarnos
tú por lo que ya sabes
yo a ti te he querido tanto
corre ve y rézale a san Cayetano
y coge tu veredita
y no vuelvas la cara para atrás
porque ni tú ni yo
estamos en disposición de encontrarnos
Manuel se llama el Cristo
qué dulce nombre
afortunado el que nace
y Manuel le ponen
Gitanitos
de las estijeras
venir a sentarse
a mi cabecera
Buena la hiciste morito
entrando en barraganía
con la chaquetita al hombro
calle arriba calle abajo
Sale Celinda al balcón
más bella que cuando sale
la luna en su oscura noche
y el sol en sus tempestades
Yo ya te he dicho a ti morito
que por mi puerta no pases
ni hables con mi criada
ni con mis cautivos trates
La cinta de mi cabello
que yo te puse a ti por turbante
no digo que me la des
ni que tú se la endiñes a nadie
Que se la den a una morita
que sea guapa y de buen talle
que te quiera y tú la quieras
y que te reconozca Zaide
Y allá dentro veo
un barril tapado
quiera Dios que sea
vino amontillado
La media naranja
sobre una laguna
para todo aquel que pase
pensare que hay una